Calamares a la romana


Nuestro amigo Óscar nos trajo un calamar recién pescado por él.  Nos aconsejó que una vez bien limpio lo congeláramos durante un tiempo para que quedara más blando y así lo hicimos. El resultado fue un éxito, quedó delicioso...

Óscar, puedes traernos otro cuando quieras ;-)

Primero procederemos a limpiarlo a conciencia, pelándolo, quitándole la boca, los ojos y las vísceras dándole la vuelta como si fuera un guante, esta es la parte más complicada.  Una de las maneras sería en el momento de quitarle la pluma aprovechar para girarlo, en el caso de no poder, nos ayudaremos con el mango cilíndrico de una cuchara o espátula, empujar por la parte trasera hasta que podamos empezar a enrollarlo dándole la vuelta y así poder quitar el resto de las vísceras del calamar.    

Una vez completamente limpio procederemos a la congelación.




Para proceder a la preparación del calamar una vez descongelado, lo cortaremos a rodajas y lo extenderemos sobre un paño bien limpio de cocina.  Colocaremos una hilera de calamares, daremos una vuelta al paño, pondremos otra hilera de calamar, volveremos a dar otra vuelta y así hasta acabar.  De esta manera conseguiremos que se seque bien y no salpique al freírlo.  Lo reservaremos en el frigorífico envuelto en el paño hasta el momento de la preparación.

Ingredientes:

2 huevos
Harina
Sal
Aceite de oliva

Elaboración:

Salar las anillas de calamar, pasarlas por harina y huevo batido y freír en una sartén con abundante aceite de oliva.

Una vez empiecen a coger color, retirarlos del fuego y escurrir sobre papel de cocina para que absorba bien el aceite.

Servir inmediatamente acompañados de limón, mahonesa o la salsa que prefiráis.

También podéis rebozarlos haciendo una pasta mezclando los huevos con la harina y añadiendo leche, cerveza o soda, añadir una pizca de levadura, etc...